A continuación, adjunto un texto que me ha parecido francamente interesante y que versa, naturalmente, sobre la cosmovisión que animó las letras de J.R.R. Tolkien; una visión un tanto alejada de las que suelen leerse sobre el universo creativo de nuestro autor y que tiene que ver, como no podría ser de otro modo, con las profundas raíces católicas que animaron, como recorriéndola entera, toda su creación literaria, especialmente El Silmarillion y El Señor de los Anillos.
El texto lleva por título: Una aproximación católica a Tolkien, siendo su autor el erudito tolkieniano Carlos Alberto Díaz G.
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Aproximarse a J.R.R. Tolkien nunca es fácil; la enorme fama de este autor y su obra ha hecho que se escriba una ingente cantidad de material que a veces puede incluso confundir a quien no conozca la magnitud del fenómeno generado.
En realidad pocos autores han originado tal intensidad en el seguimiento de su obra, muestra de lo cual son las numerosas asociaciones alrededor del mundo que se dedican casi exclusivamente a difundir, estudiar y profundizar la obra del escritor inglés de origen sudafricano, además de la enorme dedicación de quienes se ocupan -algunos de manera prácticamente exclusiva- en conocer hasta las facetas más recónditas del pensamiento de Tolkien.
Esta enorme fascinación, que ha convertido la obra de este escritor -en especial El Señor de los Anillos- en un fenómeno de masas, incrementado a nuevas cotas de popularidad por las películas actualmente en producción y cartelera, hace necesario un profundo análisis de su persona y su obra, con el fin de tratar de dilucidar qué cosmovisión y qué valores subyacen en ella, y de este modo aproximarnos con una visión crítica.
J.R.R. Tolkien |
Comencemos diciendo que muchos de los valores y concepciones de Tolkien son universales; responden, pues, a la naturaleza humana y hablan profundo al corazón del hombre de cualquier tiempo y lugar: la amistad, el heroísmo, el seguimiento de grandes ideales, el sacrificio, la lucha entre el bien y el mal. Esto es así, en razón de que el autor siempre se declaró abiertamente católico, y como él mismo lo afirmara, toda su visión católica -palabra que precisamente significa "universal"- se transparenta a menudo en sus escritos, sin que se trate en absoluto de una obra "religiosa" en el sentido clásico del término. Por lo tanto, intentaremos un análisis de la obra de J.R.R. Tolkien desde la fe católica, con el fin de esclarecer qué le dice este escritor al católico de hoy, además de tratar de desentrañar los riesgos que puedan representar desde esta perspectiva diversas lecturas y aproximaciones a su obra.
Aunque por fuerza se analizará El Señor de los Anillos, su obra más conocida y popularizada, he recurrido a otras fuentes más claras y concisas para esclarecer algunos puntos de interpretación, sobre todo sus Cartas y algunos textos de la Historia de la Tierra Media editados por su hijo Christopher Tolkien, y textos de otros autores sobre la obra y el pensamiento de J.R.R. Tolkien.
Sobre el propio Tolkien, podemos decir que es evidente su profunda fe y su pertenencia a la Iglesia. Él mismo dedicó algunos de sus textos a reflexionar sobre el catolicismo, la Verdad, y otros temas afines, además de entablar profundos diálogos de fe con su amigo C.S. Lewis, quien a pesar de ser anglicano mostró siempre una gran cercanía a la fe católica (el mismo Tolkien afirmaría que Lewis era un anglicano atípico, ya que admiraba muchos rasgos de la Iglesia Católica, que la gran mayoría de sus hermanos de fe rechazaban). Además, J.R.R. analizó muchas veces sus propios escritos desde la fe, incluso criticando en ocasiones las visiones teológicas erradas que pretendían atribuirle algunos estudiosos a su trabajo.
Para adentrarnos en su obra escrita, podemos comenzar hablando de los hobbits, que son en última instancia los protagonistas de El Señor de los Anillos. Ellos son utilizados por Tolkien para dos finalidades: la primera, para mostrar el lado "burgués" del ser humano, su instalamiento, su amor por la comodidad y su radical negativa a emprender aventuras; pero al mismo tiempo, para resaltar que, como en el caso de Frodo, siempre existe la valentía y el coraje "aún en la persona más pequeña" para cambiar el "curso del futuro", como se dice en la película La comunidad del anillo. Y la segunda, para señalar, en una frase de claras resonancias neotestamentarias, que muchas veces los humildes son ensalzados, mientras que los soberbios a menudo resultan humillados.
Otro aspecto importante a resaltar es el de la lucha entre el bien y el mal. Es claro que en su obra Tolkien plantea un conflicto entre ambos, pero es evidente en los libros -aunque quizás no tanto en la película- que el mal no es una categoría absoluta y que en última instancia es sólo la ausencia de bien. Todos los seres "malos" del universo tolkeniano fueron creados buenos por Dios (incluso Sauron o los orcos, que antes eran elfos); el mismo Sauron, que dentro de la estructura narrativa es un ser "espiritual", en el sentido en que lo son por ejemplo los ángeles -es decir, personas inmortales con inteligencia y voluntad- sucumbió a la tentación presentada por Morgoth, quien es el primer ser espiritual en optar por el mal, en una clara reminiscencia de la caída de los Ángeles de la doctrina Cristiana. (Cf. CEC 391-392)
La amistad verdadera también es un elemento fundamental al leer a Tolkien: el mismo nombre del primer libro (La comunidad del anillo) ya nos habla claramente de la importancia que le daba el profesor de Oxford a este factor. La ayuda mutua que se dan los miembros de la comunidad, el poner los diversos dones recibidos al servicio de los demás y de la misión, la fidelidad en los momentos más difíciles son, entre otros, ingredientes esenciales de su obra que pueden ayudar a iluminar nuestra realidad cotidiana.
Otro elemento esencial a la hora de aproximarse a este escritor es el sentido épico: esa aventura heroica que lleva a los protagonistas a cambiar radicalmente sus vidas en aras de un ideal, e incluso a sacrificar la misma vida por la misión encomendada, nos muestra una realidad que puede iluminar nuestra propia existencia humana como peregrinos, en la gran aventura que es la vida cristiana.
Los riesgos de Tolkien
Existen varias precauciones a la hora de aproximarse a la obra de J.R.R. Tolkien; algunas provienen de los propios libros y otras de la interpretación particular que hizo Peter Jackson al dirigir las películas.
En primer lugar, muchos de los elementos de los libros -y en mayor medida de la película-, pueden interpretarse desde el fenómeno de la llamada Nueva Era. En realidad es difícil dar una opinión definitiva sobre las conexiones de Tolkien con lecturas gnósticas del cristianismo, pero en un libro donde los elementos cristianos son muchas veces demasiado sutiles o demasiado "alegóricos", es un riesgo inevitable que muchos se aprovechen de ello para dar sus propias interpretaciones.
El mismo J.R.R. señaló en varias oportunidades que su obra no era antropocéntrica sino "elfocéntrica", queriendo decir que era la visión del mundo desde el punto de los elfos y no de los hombres; soslayó así en el panorama de su creación cualquier referencia a un Reconciliador de la Caída que claramente se señala en su obra, razón por la cual los hombres del universo tolkeniano a veces tienen una visión desesperanzada de la realidad, y son tratados comúnmente de manera despectiva por los demás pueblos, sobre todo por los elfos, que los ven como una raza débil y sin un futuro claro. Otro aspecto importante es que al crear una especie de "realidad paralela", Tolkien estaba eliminando de ella toda referencia a Cristo o al Cristianismo. Él mismo diría que aunque era cristiano, su "Tierra media" no lo era; y es que aunque los pueblos de esta realidad adoran al Dios Único -como queda claro en muchos textos aclaratorios como El Silmarillion-, no parece haber cabida dentro de la sub-creación para la venida del Hijo de Dios.
También la obsesión de muchas personas ha generado un fenómeno que pudiera ser cómico si no fuera tan serio: muchos se han involucrado tanto en la obra de Tolkien y en el mundo por él construido, que consideran a éste casi como la realidad (o incluso más "real" que la realidad misma), llegando a aprender y hablar cotidianamente los lenguajes inventados por Tolkien, o moviéndose en un ambiente de "juegos de rol", con un nombre sacado de la obra y que los identifica allí, y constituyéndose así en un curioso escapismo frente a la propia realidad. Es que una cosa es ser admirador de la obra y otra muy distinta obsesionarse hasta el punto de no diferenciar la realidad de la ficción, por bien construida y estructurada que pueda estar.
Muchas veces rica en elementos, a menudo mal interpretada, la obra de Tolkien contiene muchísimos factores para considerar; hemos tratado aquí de dilucidar algunos puntos importantes, de modo que nos aproximemos a esta ingente obra con un espíritu crítico que nos permita contemplar en su justa medida la producción literaria y ahora cinematográfica de este gran escritor de la lengua inglesa.
4 comentarios:
Muy buena y curiosa entrada has hecho! La verdad es que Tolkien era un genio. Últimamente llevo una batalla personal con un amigo que no paramos de hablar de "El Hobbit" y el destrozo que ha hecho Jackson por llevar esta obra al cine y en mi opinión, no lo ha hecho tan bien como "El señor de los anillos". Y mi amigo, se pica cuando hablo de esas pelis, jajaja.
Saludos!
A LAS MUY BUENAS NOITES y ya oliendo la cenita, Dama de Rohan!!! Merci por lo que dices. Son artículos que merece la pena guardarlos en un blog como este, me refiero a que ofrecen una visión de la obra y significado de ESDLA bastante más profunda que la que se suele sostener, normalmente, entre muchos de los aficionados a Tolkien. A menudo, casi toda la imaginería que se discute de la obra de Tolkien tiene como única referencia la perspectiva que le dio Jackson en el cine, y claro, es bastante superficial. En este caso, el autor del artículo que he puesto aquí es un especialista en la obra de Tolkien, y quizá por eso mismo algunos de sus puntos de vista críticos (de análisis, no como algo negativo ni mucho menos) son extraños para el fan estándar (me refiero a sólo el de las pelis). A medida que vaya disponiendo de ratitos ya iré subiendo a este blog más artículos como este (si clicas en la etiqueta "textos", encontrarás alguno que otro más)
Sobre las pelis del Hobbit, buf, a ver... las dos primeras todavía, PERO LA ÚLTIMA, vaya tela, vaya tela. Pareciera como si el Jackson ya tuviera ganas de terminar con esa peli (que nunca debió ser una trilogía, simplemente no daba para tanto. Muy diferente al caso de ESDLA, por supuesto)
Un besazo de nuestra parte!!!
;))) Cielo, te cuento que se me antoja un fragmento que pone al descubierto una cosita que siempre te he dicho...¡¡Tolkien era filólogo!!...jaja...;P
Un besito, cariño...;P ;P ;P
JAJAJAJAJAJAJA...bah, bah, bah, NENA, eso lo dices sólo porque eres del ramo filológico, A QUE SI, EH, EH, EH?????., jajajajajaja...
REGUAAAAAAAAAAAAPA, RESALÁ Y MÁSQUEGUAPA!!!!!!!!!!!
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